CLIMAS DEL PLANETA
El clima abarca los valores estadísticos sobre los elementos del tiempo atmosférico
en una región durante períodos que se consideran suficientemente
representativos, de 30 años o más, tal como señala F. J. Monkhouse.1 Estos períodos conviene que sean más largas en las zonas subtropicales y templadas que en la zona intertropical,
especialmente, en la faja ecuatorial, donde el clima es más estable y
menos variable en lo que respecta a los parámetros meteorológicos. Los
parámetros meteorológicos más importantes que integran el concepto de
clima son temperatura, presión, vientos, humedad y precipitaciones. Estos valores se obtienen con la recopilación de forma sistemática y homogénea de la información meteorológica.
Los factores naturales que afecta al clima son la latitud, el relieve (incluyendo la altitud y la orientación del mismo), la continentalidad (o distancia al mar) y las corrientes marinas. Según se refiera al mundo, a una zona o región, o a una localidad concreta se habla de clima global, zonal, regional o local (microclima), respectivamente.
El clima es un sistema complejo por lo que su comportamiento es difícil de predecir, por una parte hay tendencias
a largo plazo debidas, normalmente, a variaciones sistemáticas como las
derivadas de los movimientos de rotación y de traslación de la Tierra y
la forma como estos movimientos afectan de manera distinta a las
diferentes zonas o regiones climáticas de nuestro planeta, las
variaciones de la radiación solar o los cambios orbitales.
Existen también fluctuaciones más o menos caóticas
debidas a la interacción entre forzamientos, retroalimentaciones y
moderadores. De cualquier forma el efecto de las fluctuaciones poco
predecibles del tiempo atmosférico es prácticamente anulado si nos
ceñimos al estudio de las tendencias a corto plazo en el campo de la meteorología y podemos hacer predicciones con considerable precisión.2
Asimismo, el conocimiento del clima del pasado es, también, más
incierto a medida que se retrocede en el tiempo. Esta faceta de la climatología se llama paleoclimatología y se basa en los registros fósiles; los sedimentos; la dendrocronología, es decir, el estudio de los anillos anuales de crecimiento de los árboles; las marcas de los glaciares y las burbujas ocluidas en los hielos
polares. De todo ello los científicos están sacando una visión cada vez
más ajustada de los mecanismos reguladores del sistema climático.
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